Era el dìa de la Creaciòn, y el Señor creaba a los pájaros;creó muchos, muy bonitos, y a cada uno, con su paleta de pintor, le daba hermosos colores; así, llegó a crear al último, y se dió cuenta que se le habían acabado los colores; entonces le dijo al pajarito: " tú te llamaras petirrojo.
Entonces el pájaro voló y se fue al arroyito a tomar agua; allí se vió reflejado y se dió cuenta que era absolutamente gris; entonces regresó donde estaba el Señor y le preguntó: -" Señor, por què me has llamado petirrojo, si soy absolutamente gris?" y el Señor le contestó: " tú mismo te ganarás la mancha roja en el pecho cuando realices un acto de amor y todos tus hijos y tus nietos tendrán la mancha roja en el pecho".
Asì, el pàjaro construyó su nido y tuvo una compañera, y tuvieron pichoncitos, pero como sus papàs, eran todos grises; y cuando crecìan todos preguntaban: " Papà, mamà, por què nos llamamos petirrojos si somos grises?"
Y les contaban a sus hijitos lo que le había dicho el Señor a aquel primer petirrojo; así, esos hijitos formaron nuevos nidos con otras mamàs pajaritas y tuvieron otros hijitos, pero todos seguían naciendo grises; todos preguntaban y obtenían siempre la misma respuesta.
Entonces un día... a un petirrojo se le ocurrió pintarse el pecho con jugo de moras, y quedó pintado de rojo, sì, pero en cuanto se bañó el rojo desapareció; otro pajarito pensó en pintarse con un poquito de pintura roja que había en la ventana de una casa, pero la mancha también se esfumó; otro se pintó con tempera, pero no había caso, por màs que se preocupaban y trataban de conseguir la mancha roja, no lo lograban.
Hasta que aquel día un petirrojo que volaba se acercó a un lugar..., se acercó,...se acercó,... se acercó,... hasta ver una corona de espinas en la frente de un hombre; el pajarito había llegado a ver la Crucifixiòn.